¿Por qué nos cuesta reconocer que nos sentimos solos o solas?

El fenómeno de la Soledad No Deseada ha existido siempre, no obstante, se ha vuelto más visible en nuestra sociedad en los últimos años, puede que por el carácter individualista hacia el que nos dirigimos, por los cambios sociales y demográficos producidos, o por la vulnerabilidad a la que nos vimos expuestos a raíz de la pandemia de la COVID-19. 

Sea como sea, es en este momento cuando hemos tomado conciencia de que la soledad es un problema social y de salud pública, y no solo “cosa de mayores”, dado que todas las personas podemos experimentarla en algún momento de nuestra vida. Sin embargo, y a pesar de ser un sentimiento tan ampliamente experimentado, no suele resultar fácil de reconocer: “¿Cómo admitir que no tengo verdaderos amigos?”, “¿Cómo confieso que mi familia no comprende mi situación?”, … En muchas ocasiones, las personas que lo padecen sienten vergüenza o incluso culpa, y por ello no son capaces de buscar ayuda, creyendo que es algo que debe ser ocultado y gestionado de manera individual. 

Para que dicho fenómeno deje de ser un tema tabú, es importante sensibilizar en materia de soledad, hablar sobre sus posibles causas y consecuencias, desterrando falsas creencias y trabajando en común. 

Por ello, desde Programa Viernes realizamos acciones dirigidas a favorecer la comprensión de la Soledad No Deseada y generar un compromiso social con dicho fenómeno.