¿Sabías que, de las 6411 plazas residenciales en Cantabria, 499 se encuentran en Campoo Los Valles? ¿Sabias que más del 50% de las personas mayores institucionalizadas sienten soledad? ¿Te has preguntado por qué?
El proceso de envejecimiento está relacionado con una serie de circunstancias como el deterioro físico y cognitivo, la disfunción sensorial, la pérdida de roles, el fallecimiento del entorno sociofamiliar, el deterioro de la salud… Todas estas circunstancias son factores de riesgo predisponentes a sentir soledad.
Si, además, a estos factores le sumas el hecho en sí de ser una persona que está institucionaliza, la persona puede ser más susceptible de sentir soledad, ya que en muchas ocasiones implica desarraigo, pérdida de intimidad, disminución o restricción de la red social…
Además, ¿qué sucede si no es la persona institucionalizada la que decidió institucionalizarse?, ¿qué sucede cuando las actividades que se realizan en la institución no son significativas ni del agrado de la persona institucionalizada?
Por todo esto, es fundamental hacer una reflexión en torno a los modelos de atención que se están desarrollando actualmente en los centros residenciales.
Hemos conseguido dar una atención a las necesidades básicas de las personas que viven en estos centros, pero, es necesaria una atención integral en la que se tengan en cuenta aspectos tan importantes como la autodeterminación, la autonomía y la dignidad en el cuidado, entre otros.
En este sentido, la atención centrada en la persona ha iniciado un cambio en materia de intervención en instituciones, pero aún queda un largo recorrido para evolucionar hacia un sistema residencial basado en la convivencia comunitaria en entornos adaptados a las necesidades de las personas que allí residan, las cuales participen en todo el desarrollo de la vida y de las actividades que se produzcan en la comunidad, convirtiéndose en una alternativa a tener en cuenta en la lucha contra las situaciones de soledad no deseada.