La soledad no deseada es un sentimiento que ocurre cuando las relaciones sociales que tenemos son menos satisfactorias de lo que deseamos, ya sea por su calidad o por su cantidad. Es un sentimiento subjetivo, ya que cada persona lo experimenta de forma distinta y, por tanto, es más conveniente hablar de soledades. Las consecuencias de la soledad no deseada dependen de diversos factores, pues no es lo mismo que se trate de un sentimiento puntual asociado a un momento vital a que sea crónico.
Los sentimientos de soledad no deseada se ven influenciados por una serie de mitos, prejuicios y estereotipos. Algunos de ellos, alimentados por los medios de comunicación, son «la soledad es una pandemia», «es cosa de personas mayores», «es por tu culpa»… Sin embargo, nos encontramos ante un problema social que se puede originar por la confluencia de varios factores y puede surgir a lo largo de la vida.
La soledad no deseada sigue siendo un tema tabú y, a pesar de que ocupa muchas de las agendas políticas, todavía siguen arraigados muchos de los prejuicios asociados a ella. Las personas tienen miedo de expresar que se sienten solas y al qué dirán. Esto ha provocado que la soledad esté estigmatizada socialmente.
El estigma se define como un conjunto de actitudes o creencias negativas hacia un individuo o grupo basadas en experiencias o características que se perciben como distintivas de otras personas, lo que provoca que la persona o el grupo sufra discriminación. Asociado al estigma aparece el autoestigma, que es el miedo a sufrir el estigma social. Las personas sienten vergüenza por una característica o experiencia personal y tienden a ocultarlo a los demás.
El estigma social es común entre las personas que sienten soledad no deseada y puede empeorar la situación socioemocional de las personas que la sufren. Dificulta que las personas expresen sus experiencias y soliciten ayuda, lo que provoca a su vez que los sentimientos de soledad que sufre la persona se incrementen. Algunas personas se sienten culpables, mientras que a otras les avergüenza compartir sus sentimientos y pedir ayuda. Las razones por las que las personas tienden a ocultar sus experiencias de soledad son variadas.
Los estudios indican que el estigma se debe abordar a través de acciones de sensibilización. Es por ello que entre nuestras actuaciones desde el Programa Viernes destacamos la sensibilización social. Si se habla de soledad y se normalizan estos sentimientos se facilita la comprensión de la soledad como un sentimiento más y no como un fracaso personal, por lo que el estigma asociado a ella se reducirá.